¿Conoces qué son el lasur y el barniz, y en qué se diferencian? Como el aceite de teca, son tratamientos de pintura para madera. Aunque desempeñan una función similar, no son iguales ni tienen las mismas propiedades. Por eso, cada producto es más recomendable en situaciones diferentes. A continuación, te lo explicamos con detalle.
Lasur versus barniz
Por tratarse de productos comparables, los clientes suelen dudar entre elegir lasures o barnices para el acabado de sus muebles de madera.
La principal diferencia radica en dónde debes aplicar cada uno. Fíjate bien:
- Los lasures se utilizan para la mayoría de los muebles de madera situados en exteriores.
- Los barnices se aplican a los muebles de madera ubicados en interiores.
Principales características de los lasures
Son compuestos elaborados con resinas elásticas que se disuelven en agua o en algún tipo de disolvente. Tienen la capacidad de introducirse en la madera, por lo que no forman una película aislante exterior.
En consecuencia, tras su aplicación no desaparece el poro abierto característico de estas superficies. Así, la madera es capaz de respirar y de soltar el vapor de agua. Gracias a esto, resiste la humedad muchísimo mejor y se impide la proliferación de bacterias y hongos derivados de ella.
Es decir, al contrario de lo que hace un barniz, no forma una película: la capa realizada es porosa.
Otro atributo que les puedes apreciar es que tienen la densidad muy similar a la del agua. Por esta escasa viscosidad, son capaces de profundizar mucho en la madera. Así, la protegen y la nutren desde dentro.
Cuando aplicas lasures y va pasando el tiempo, la erosión habitual no se produce de forma irregular. Es, en realidad, uniforme. De esta forma, los antiestéticos desconchados y descascarillados propios de los barnices nunca aparecen si has aplicado bien este producto.
Otros beneficios adicionales
¿Quieres conocer otra ventaja? Estos tratamientos tienen ingredientes fungicidas que combaten a los insectos xilófagos. Además, son un gran recurso contra las termitas.
De manera adicional, poseen una gran elasticidad, porque son productos muy flexibles. Cuando las temperaturas extremas producen efectos de dilatación y contracción, los muebles se adaptan mucho mejor.
Estéticamente, potencian la belleza de la madera. Sus vetas se ven más y adquieren matices cromáticos llamativos. El efecto que producen es ceroso y más atractivo que el de los denominados aceites de exterior.
Estos productos de acabado sobre madera, por lógica, se utilizan sobre todo en los muebles de jardín. Puedes aplicarlos con pistola, rodillo o brocha, según las circunstancias. Se comercializan en tres opciones de acabado: satinado, brillo y mate. Además, los hay con base agua o disolvente.
Considerando todas sus propiedades, no es de extrañar que se utilicen también en otros materiales porosos. Por ejemplo, el cemento, el barro, el hormigón y la piedra.
El barniz es diferente
Los barnices carecen de esas características específicas de los lasures. Ni dejan el poro abierto que requiere la humedad, ni son poco viscosos ni se adaptan a las adversidades climáticas o tienen propiedades fungicidas e insecticidas.
Cierran el poro. Nada entra en el interior de las fibras características de la madera. Favorecen, así, la limpieza periódica y evitan que se filtren las manchas de aceite u otros productos. Asimismo, en tu mueble no se incrustará el polvo ni la suciedad en general.
La virtud estética principal de los barnices es que aumentan el disfrute natural de las vetas y realzan el color original de la madera. Se venden, prácticamente, en todos los colores y acabados.
Debes saber que existen algunos barnices especiales para exteriores. Por ejemplo, los marinos y los especiales para la intemperie. Resisten mejor el sol y la humedad, pero tendrás que renovarlos cada equis tiempo, mucho antes de lo que ocurre con los lasures.
Rápidos consejos para aplicar lasures
Vamos a terminar este artículo con algunos consejos prácticos para aplicar estos productos. Síguelos y conseguirás acabados mucho más llamativos, duraderos y cuidados:
- Aplícalo siempre sobre maderas limpias y libres de pinturas o barnices anteriores. Tampoco debe haber grasa, hongos, polvo ni humedad. Usa un decapante para retirar las manos previas de barniz o pintura. Después, lava, seca y lija.
- Lija con suavidad en la dirección de las vetas para asegurar la limpieza.
- Diluye el producto en la primera mano, pero no en las siguientes. Aprovecha su consistencia para la segunda y la tercera. A veces, según la superficie, tendrás que dar más capas.
- Elige lasures antirradiación ultravioleta si el objeto va a estar expuesto al sol directamente.
- Acorta los ciclos de mantenimiento si lo empleas en zonas próximas al mar y la playa. La erosión de la arena y la sal nos obligan a ello.
Llegados a este punto, no solo conoces la diferencia entre lasur y barniz. También estás en condiciones de saber dónde y cómo usarlos. Consulta con nosotros si tienes cualquier duda.